Si has notado cambios en la coloración de tu piel, con algunas partes más claras o más oscuras que otras... Efectivamente se trata de manchas cutáneas. Las manchas cutáneas ocurren por una pigmentación irregular en la piel y se manifiestan por diferentes factores como el sol, cambios hormonales y el envejecimiento de la piel.
Existen manchas causadas por la sobreproducción de pigmento o melanina (hiperpigmentación), estas manchas son de color oscuro y suelen aparecer en zonas regularmente expuestas al sol como el rostro, cuello, escote y manos.
También, existen manchas causadas por una disminución en la producción de melanina (hipopigmentación), las cuales son de colory se manifiestan en cualquier parte del cuerpo.
¿Cómo podrías tratarlas?
La presencia de las manchas cutáneas muchas veces puede ser molesta, pero la buena noticia es que puedes tratarlas y disminuir su apariencia.
Por ejemplo, puedes recurrir al láser para lograrlo, este es un tratamiento no invasivo que puede aplicarse en rostro, manos, escote o en lugares específicos del cuerpo donde se requiera, ayudando a disminuir la acumulación de melanina que crea la mancha, homogenizando el tono y unificando el color de la piel manera rápida y efectiva.
Aunque sepas que hay diferentes tipos de manchas cutáneas y que puedes disminuirlas, también debe saber que ¡No todas son buenas!
Tienes que estar pendiente y debes autoexaminar las nuevas manchas de tu piel, esto te ayudará a detectar de forma temprana irregularidades como el cáncer de piel.
¿Cómo realizar el autoexamen?
Con la ayuda de un espejo, trata de inspeccionar cuidadosamente aquellas zonas difíciles de ver como espalda, glúteos, parte trasera del cuello, orejas, entre otros.
Además debes palpar y revisar los lunares y manchas que logres visualizar.
¿Qué debes encontrar?
Lo primero que debes tomar en cuenta es que no todos los cáncer de piel se manifiestan de la misma forma, por lo tanto, debes prestar más atención a las siguientes irregularidades:
Úlceras o llagas que sangran y no sanan.
Lunares o manchas que cambian de forma, color y tamaño.
Manchas o protuberancias en la piel que se logran expandir.
Manchas rojas con una apariencia áspera que pueden sangrar.
Abultamientos o crecimiento en la piel, similares a una verruga.
Si logras detectar algunas de estas irregularidades en tu piel, lo recomendable es que consultes con tu médico lo antes posible.
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